Se le llama estrés al estado de tensión emocional y física provocado por situaciones en las que somos sometidos a demandas o desafíos que exceden nuestra capacidad de respuesta habitual.
Las 3 fases del estrés según el Dr. Hans Selye son:
FISIOLOGÍA Y MECANISMO DE ACCIÓN
Nuestro organismo está capacitado para gestionar un estrés considerado normal durante aproximadamente unos 45 días.
El estrés de corta duración activa la producción de dopamina, adrenalina y noradrenalina (que generará una inflamación de unos 30-50 minutos) y estas por medio de la activación del eje hipotálamo-hipofisario-suprarenal activan la producción de cortisol a niveles óptimos, clave para la compensación de dicha inflamación y por otro lado para generar un feedback negativo a través de la amígdala cerebral y el hipocampo con el que finalmente gracias a la producción de GABA revertirá la situación a la normalidad.
Si el estrés se alarga más de estos 45 días se produce una hiperactivación del sistema simpático, con una hiperproducción de adrenalina y noradrenalina, generando mucha más inflamación y un descenso de dopamina. El eje hipotálamo-hipofisis-suprarenal provoca una hiperestimulación del nucleo amigdalino y se entra en situación de círculo vicioso y la generación de cortisol no es capaz de frenar la inflamación generada ni de provocar el feedback negativo a través de la amígdala cerebral y el hipocampo, cronificando el estrés y pudiendo acabar en una inmunodepresión.
SINTOMATOLOGÍA
Los síntomas del estrés pueden afectar diferentes esferas de nuestro organismo, ya sea a nivel orgánico como psicosocial. Saber identificar los síntomas comunes del estrés es sumamente importante para poder manejarlos. Si por el contrario no se controla, el estrés puede llegar a desencadenar muchos problemas crónicos de salud, como hipertensión arterial, obesidad, diabetes mellitus u otras enfermedades cardiovasculares
Efectos comunes del estrés a nivel orgánico
Efectos comunes del estrés en el ámbito psicosocial
Saber controlar el estrés y evitar que éste llegue a cronificarse es fundamental. Es importante detectar las necesidades y ser capaz de realizar un abordaje psicosocial de la situación y ponerse en manos de profesionales sanitarios de salud mental en caso de que sea necesario.
Por otra parte, algunas de las estrategias para el manejo del estrés son las siguientes:
Es recomendable buscar maneras activas de controlar el estrés. Las formas consideradas pasivas, como puede ser mirar la televisión, navegar por internet o jugar a videojuegos, pueden parecen relajantes a priori, pero pueden llegar a aumentar el nivel de estrés con el paso del tiempo.
Es necesario evitar el consumo de tóxicos como el tabaco, el alcohol, la cafeína y las sustancias ilegales así como asegurar un correcto descanso nocturno y mantener una alimentación equilibrada y saludable.
Algunos de los alimentos más adecuados para mantener el estrés a raya y controlar la ansiedad són:
Otros alimentos que ayudan a estimular la serotonina son: kéfir y lácteos derivados de cabra y oveja, el chocolate (con al menos 80% de cacao), las aceitunas, el miso, el tempeh (fermentados de soja), kombutcha (te fermentado), bimuno, y las fibras ansiolíticas (legumbres, tupinambo, ñamaras, brócoli, remolacha, col lombarda…).
Por otra parte, según la fase en la que nos encontremos del estrés podemos aportar suplementación que ayude a mejorar los síntomas.
Además cabe recordar la importancia de la terapia ortomolecular para mejorar la inflamación con las dosis recomendadas de grasas omega 3 (EPA y DHA a dosis de 1 gr diario), junto con los inmunoreguladores Vitamina A y Vitamina D que adquieren más importancia en caso que el estrés produzca una alteración del sistema inmunológico como acaba sucediendo en casos más severos.
¿Te sientes identificado con alguna de las fases o detalles comentados? ¡Contacta con nosotros!